En Abonar nos movemos a partir del deseo de imaginar un modelo que cuide de todas las formas de vida que habitan estas islas. Hemos ideado un manifiesto en defensa de unas políticas regenerativas para el futuro del territorio, la economía y lo procomún en Canarias.
El modelo económico actual ya tocó fondo. El crecimiento del sector turístico sin límites ha generado presión extrema sobre los recursos naturales, degradación ecosistémica, especulación inmobiliaria y una precarización estructural del trabajo, especialmente en sectores feminizados y esenciales.
Proyectamos un modelo donde el turismo pueda convivir con el bienestar de la gente, el equilibrio del territorio y el respeto por los ritmos locales.
Queremos un turismo que se construya desde la hospitalidad, no desde el agotamiento.
Que contribuya al arraigo y a la vivienda digna, no a la expulsión vecinal.
Que preserve el territorio, sin transformarlo en decorado.
Creímos que el turismo traería desarrollo, y sabemos que puede hacerlo. Pero solo pasará si ponemos en el centro la vida, la comunidad y el territorio.
Nuestra visión pasa por un cambio de modelo que se despliegue a partir del trabajo digno, el consumo responsable, la soberanía energética, alimentaria y cultural y una economía local que regenere y en lugar de extraer y agotar más recursos.
Aunque podría sonar utópico, lo cierto es que ya hay muchas personas y proyectos que están sembrando ese futuro desde lo pequeño, lo comunitario y lo sostenible.
Queremos sumarnos a esas redes, multiplicarlas y hacerlas visibles.
Queremos ser partícipes de la transformación del actual modelo de turismo y movernos en una dirección nueva gracias a lógicas nuevas y propuestas de gestión capaces de mirar, escuchar y cuidar. Proponemos una visión regenerativa porque las medidas de sostenibilidad ya no son suficientes. Nos excedimos en el tiempo impactando negativamente en la naturaleza y ahora es momento de regenerar. Toca dar más de lo que recibimos.
Esto exige planificación, gobernanza, inversión pública dirigida al bien común y una redistribución equilibrada y circular de los beneficios que genera el turismo.
Compartimos seis propuestas para materializar la idea de cambio:
- Transición hacia un modelo económico regenerativo: un modelo que priorice sectores como la soberanía alimentaria, las energías renovables descentralizadas, la rehabilitación ecosocial del territorio y la innovación tecnológica sostenible.
- Regulación efectiva del turismo: limitar la capacidad de carga de los territorios, se controle el uso intensivo de agua y energía, y se revierta el impacto en espacios naturales y urbanos. Reformular los incentivos públicos al turismo masivo.
- Derecho a la vivienda frente a la especulación: políticas de vivienda pública y alquiler regulado. Freno inmediato a la turistificación de barrios y la conversión de hogares en activos financieros.
- Justicia socioecológica y laboral: condiciones de trabajo dignas en toda la cadena turística, con enfoque de género. Reconocimiento de las labores de cuidados y del impacto invisible sobre las mujeres en este modelo de crecimiento.
- Participación ciudadana real y activa en las decisiones sobre el territorio: el territorio no puede seguir siendo gestionado sin escuchar a sus comunidades. Exigimos transparencia, consulta vinculante y auditoría de los impactos.
Este 18 de mayo salimos a proponer. Porque el futuro no se improvisa: se planifica, se cuida y se construye desde hoy.
Este texto va dirigido a las instituciones públicas, a la ciudadanía organizada y a quienes sostienen Canarias con su trabajo y su cuidado.
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